Inclusión
Luego de caminar por varias ciudades colombianas, y de promover la idea de la inclusión digital, es necesario hacer una pausa y pensar en cosas que no había considerado anteriormente.
Ayer sábado, en el 4 Barcamp Medellin, tuve la fortuna de hacer una desconferencia sobre la inclusión digital en el contexto local, o mejor, en los contextos locales. Y es que cuando se habla de inclusión, de cierre de brecha y de la nueva alfabetización, aparecen decenas de ideas que inspiran y conducen a quien las desarrolla al mismo escenario común: el computador.
La inclusión, como la siento, debe ir más allá de un aparato. la inclusión tecnológica debe pasar por lo que amemos, por lo que soñamos o por lo que nos inspira, pues nada mejor que la pasión para impulsar, promover y liderar.
Y en este sentido, he optado por promover la inclusión desde la ciencia, en áreas tan diversas y apasionantes como la astronomía, la física, la robótica, la biología y la nanotecnología, en escenarios que poco a poco, y como si hubieran estado allí toda la vida, van apareciendo y ganando terreno de maneras que ni siquiera me pude imaginar.
Y como si fuera poco, el efecto es fantástico: niños, jóvenes y personas de todas las edades y condiciones económicas, políticas, culturales y sociales parecen coincidir con esta visión, pues aparece en ellas un cierto bichito interior que las impulsa, buscando en sus mentes una perspectiva que andaba metida en el sótano, llena de polvo y telarañas imaginarias, y que al salir a flote revitalizan, oxigenan y refrescan la existencia, agregando altas dosis de ilusión y esperanza que se aplican, casi por igual, a los adultos detrás de aquellos pequeños a quienes antes mirábamos como ilusos, cuando realmente son creativos maravillosos.
Puede ser que la ciencia tenga nuevas perspectivas, que busque nuevas y mejores herramientas para resolver las cosas que nos aquejan o hacen falta. En cualquier caso, siento que la ruta correcta está demarcada por la creatividad y las ganas de crecer aprendiendo, soñando con los pies en la tierra e imaginando las nuevas esperanzas que nos alimenten, de la mano de unas tecnologías incluyentes, amables y duraderas, fáciles de usar y capaces de transportarnos a nuevos escenarios, más acordes con la realidad mundial y muy competitivos, no solo desde la carrera financiera y economicista del pensamiento, sino del crecimiento integral de las personas, razón de ser de cualquier persona de ciencia sobre la faz de la tierra.